martes, junio 24, 2008

Declaración final del 13º Festival de poesía de La Habana

La Habana, Cuba, 31 de mayo de 2008.

A los poetas del mundo:
Los poetas asistentes al 13 Festival Internacional de Poesía de La Habana saludamos la significativa presencia de los poetas de las culturas originarias, expresión de la trascendencia de su obra en la hora actual de Nuestra América.

Patentizamos nuestra solidaridad con las justas reivindicaciones de los pueblos originarios por legitimar su derecho inalienable a los territorios en los que han vivido durante siglos, sus recursos naturales, sus autonomías en el marco de los estados, sus culturas, sus lenguas y la posibilidad de educar a sus hijos en los sagrados valores de su particular concepción del mundo.

Reconocemos la condición legitimante de las tradiciones orales en el nacimiento y desarrollo de las literaturas de las naciones originarias, en tanto la oralitura es una realidad consustancial al proceso de formación y enriquecimiento de las culturas de las naciones originarias de Nuestra América.

Respaldamos los procesos de integración en América Latina que, en una experiencia sin precedentes, con el poderío y la riqueza de su diversidad cultural, política y económica, puede conducir a millones de hombres y mujeres a la definitiva independencia.

Ratificamos nuestra convicción de que el mundo no puede seguir en su carrera hacia la autodestrucción, presa de la irracionalidad y la violencia, el egoísmo y la injusticia a que ha sido sometido por los poderes hegemónicos que modelan la sociedad contemporánea.

Ratificamos nuestro rechazo a la guerra y la disposición a unir fuerzas en la construcción de una vida digna en la tierra.

Consideramos imprescindible la creación de una sensibilidad planetaria sobre la preservación de la naturaleza. Los bosques, el agua, la flora, la fauna, la esplendorosa biodiversidad no sólo son el escenario de la vida sino parte inseparable de los destinos de la especie humana.

Los recursos de que dispone la humanidad deben ser destinados para garantizar el derecho a la vida de millones de seres humanos condenados a la pobreza, la insalubridad, la incultura, el abandono y la muerte.

Estamos en el deber de enaltecer los valores universales que han llevado a la civilización humana a su más alto grado de desarrollo y contribuir con nuestra obra a configurar un destino de paz y armonía para las nuevas generaciones.

Los poetas tenemos la posibilidad de cantar la belleza del mundo y crear conciencia sobre los peligros que acechan a la humanidad y debemos poner nuestras palabras al servicio de los más nobles sueños del hombre.

Mantengamos encendida la luz de la poesía. A su alrededor nacerá, como en otros tiempos sombríos, nuestra esperanza.

Otras noticias:
* Cool.

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