Con este título hay dos películas bastante recientes, en 1993, dirigida por Sidney Lumet; y en 1997, dirigida por Taylor Hackford.Una confusión parecida fue la que me llevó a verla, ya que creí se trataría de una adaptación cinematográfica de la novela del mismo título, Morris West.
Claro que, en cuanto me encontré con Donn Johnson y Rebecca de Mornay, supe que no era el caso. Por que me refiero, en efecto, a Guilty as Sin, de Sidney Lumet, sobre guión de Larry Cohen y música de Howard Shore.
Jennifer Haines (Rebecca de Mornay), una brillante abogada- emergente, que dicen ahora- destaca también por su atractivo, se ve en la vicisitud de defender a David Greenhill (Donn Johnson), un guaperas acusado del asesinato de su millonaria esposa, arrojada por la ventada de un edificio.
Greenhill no tiene encuentra problemas en seducir a Jennifer, pero los sabios consejos del personaje protagonizado por Jack Warden (cómo me recordó otro papel semejante con Paul Newman en Veredicto final) la ponen en el camino de descubrir los secretos de su cliente, quien no tiene reparos en confesar que él mató a su mujer.
Una película que se deja ver, donde Jonson nos hace de malo muy malo y hay vibrantes momentos de tensión sexual y pruebas sorpresa, algo que ya las interminables series de abogados se han encargado de agotar.
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