domingo, enero 23, 2011

El Principito, en el Teatro Villa de Molina

Principito

Un escenario sencillo: dos maletas, un baúl, una silla, una mesa, una cuerda y un caballete con un dibujo del Principito.

La compañía murciana Teatro Silfo presenta la obra de teatro infantil EL PRINCIPITO, el domingo 23 de Enero, a las 12:00 horas, en el Teatro Villa de Molina.

Nada más porque la historia que cuenta Silfo es una historia de papel con base en los seductores e imprescindibles dibujos de Antoine de Saint-Exupéry. La belleza de lo sobrio; teatro casi en blanco y negro. En ese papel que se dobla y se desdobla consiste la originalidad y la osadía narradora de Silfo. Dos actores y cien papeles y todas las cosas que se pueden hacer con un folio pintado en el escenario: marionetas de papel, aviones de papel, bobinas de papel como las viejas historias que se enrollan y se desarrollan, papeles colgados, papeles doblados y desplegados con baobabs que engullen planetas, boas que devoran elefantes, estrellas, rosas que se creen únicas y son un poco tiránicas, faroleros, geógrafos, bebedores que beben para olvidar que beben, contadores de estrellas y 'el más bello y más triste paisaje del mundo'.

Como lo esencial no es visible, los de Silfo no hacen visible al Principito y juegan con sus dibujos y sus palabras, que son los que nos llevan al desierto y nos refrescan con sus pozos y nos hacen entender que hay lugares que, cuando se está muy triste, se puede ver 43 veces ponerse el sol y que hay corderos pequeños que viven en una caja con tres agujeros. Enrollan y se enrollan los dos actores (un aviador y la voz del protagonista) de Silfo que se intercambian papeles sin pudor frente al público y son fieles al texto y al espíritu nómada y volcánico del cuento.

'Se debe pedir a cada cual, lo que está a su alcance realizar'. En eso Silfo cumple sus promesas con un teatro que recicla emociones y esencias. Así logran que este Principito de papel se borre, de repente, y desaparezca (con gran y hábil acierto escénico) en ese instante en el que 'no hubo más que un relámpago amarillo cerca de su tobillo. Quedó inmóvil un instante. No gritó. Cayó suavemente como cae un árbol. En la arena, ni siquiera hizo ruido'.

Con esenciales elementos teatrales hacen volar al espectador, en un tiempo bien medido. Nunca hay que olvidar que 'eres responsable para siempre de aquello que has domesticado'. Y una mañana de teatro es una forma de feliz y nada ingenua 'domesticación'.

Género: Teatro Infantil

Público: A partir de 6 años

Duración: 40 minutos

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