viernes, agosto 28, 2009

Acantilados de papel 245: La rumba que llegó del frío


FICHA:
LA RUMBA QUE LLEGÓ DEL FRÍO
de Antonio J. Capel Riera
Edita: Azarbe, S.L.
Murcia, junio de 2009
Género: Novela
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-96946-48-4
372 páginas. 15 euros.
Página del autor.
Página del libro.
Portada: Cindie Capel Durán


COMENTARIO.
Esta es una de esas novelas que podrían ser la “novela del verano”, como aquellas canciones de Georgie Dann que escuchábamos en las emisoras de radio y a todas horas en cuanto empezaban los meses vacacionales.

Con el dato de que en las costas españolas residen más de 70.000 ciudadanos suecos, y el caso de Los Pelayos (Pág. 147, para saber más de ellos), Antonio J. Capel Riera monta una comedia picaresca que por momentos me ha recordado las que escribe mi buen amigo, y maestro en la materia, Andrés Caravaca.

El autor murciano recupera la figura del macho ibérico (“...estaban en la barra en plan buitre”..., “Sólo buscan carne para una noche...”, Pág. 103), la leyenda de las suecas y otras extranjeras (“los veranos alimentan la sed erótica con una misma imagen: una rubia extranjera, de níveos muslos, de ojos azules y labios sensuales”, Pág. 105), la sangría (“desarrolla la fantasía, acrecienta la alegría, hace lúcida la memoria y aleja la melancolía”, Pág. 22), los chiringuitos veraniegos, la lotería, los flamencos, el maricón (“¡joder con el maricón...! No frena la lengua”, Pág. 19), la lesbiana machua (“...fue la que más disfrutó, porque repitió”, Pág. 365), en fin, todas esas figuras que nos devuelven a una España “Tipical show Spanish”, como se presenta un personaje que se hace llamar Peret y que tendrá una importancia muy relevante en esta historia y en su desenlace final.

Con todos esos “tipical spanich” el autor nos elabora un gazpacho- palabra muy apropiada-, para montar una comedia picante donde un médico del Hospital General de Murcia, Antonio Ortiz del Castillo, conocerá a cinco profesoras de diferentes ramas de la Universidad de Estocolmo, que están llevando a cabo un estudio sobre la población sueca residente en España, sobre todo de sus posibles patologías, utilizando para ello un potentísimo ordenador conectado con el Ministerio de Salud de Suecia. Para recrearse más en el sueño del típico macho ibérico, las profesoras suecas son jóvenes, bellas, y desarrollan su trabajo en un enorme yate, llamado Thor, al cual será invitado el doctor Ortiz, quien introducirá a estas aplicadísimas profesoras en el sarao veraniego de la mano de aquel Peret, definido por el propio doctor Ortiz como “gorrón y un parásito” (Pág. 53).

Y, podréis preguntarme, ¿cuál es papel del potentísimo ordenador de las suecas? Muy fácil: modelar la incertidumbre (interesante pasaje en las páginas 220 y 221 sobre esta materia) y con ello, Antonio Ortiz del Castillo intentará acertar las próximas combinaciones de la lotería primitiva y, de paso, salir de la miseria en la que vive tras su divorcio.

Una novela que contiene una loa al sexo: “previene ataques cardíacos al estimular el sistema cardiovascular; favorece las defensas del organismo; se ha relacionado con el aumento de los anticuerpos, en especial la llamada inmunoglobulina A, la que protege contra gripes y otras infecciones... Otra ventaja es que alivia los dolores, ya que libera la hormona oxitocina y se levan también los niveles de las endorfinas...” (Pág. 180); su pizca de filosofía, (“la ambición jamás se detiene, ni siquiera en la cima de la grandeza”, Pág. 235), además de unos toques de la cruda realidad que están pasando muchos familias con esta crisis inventada por las fortunas más poderosas y los políticos de turno (os recomiendo leer la conversación entre un director de la CAM y Antonio Ortiz, en la página 320 y ss., sobre todo el pasaje de “la patada a la banqueta”).

Aunque podría preverse el final de la novela, el autor nos sorprenderá con un descubrimiento en la sierra de Antas que cerrará un círculo picante, muy picante (las explicaciones del encargado del garito de Peret no son para todos los públicos (“el gitano viagra”, Pág. 363 y ss.) y que nos dejará una picaresca sonrisa en los labios.


EL AUTOR.
Antonio J. Capel Riera es murciano, aunque no niega la parte de sus raíces asturianas, ni su placer ante un buen caldo, posiblemente por ser nieto de bodeguero. Es especialista en Podología, pie diabético, cirugía y ortopedia del pie, diplomado en enfermería, fue presidente del Ilustre colegio oficial de Enfermería, momento al que mi memoria viaja para recordarle, cuando uno también se dedicaba a determinadas labores que le privaban de tiempo libre.

Le gusta el riesgo: los deportes aéreos: paracaidismo y piloto. Fue vicepresidente de la Federación Aérea de la Región de Murcia. Él nunca olvida sus raíces, en sus apellidos encontraréis a futbolistas conocidos, y puede que por ello su camino profesional le haya llevado hasta colaborar con el Real Murcia.

Finalista del I concurso de Microrrelatos sobre abogados, convocado por el Consejo General de la Abogacía española. Ha publicado “A sus pies”, 2008.

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