sábado, septiembre 18, 2010

Acantilados de papel 314: Diario de un superviviente


FICHA:
DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE
de José Manuel Piqueras Hernández
Edita: Editora Regional
Murcia, abril 2007
Género: ensayo
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-7564-361-8
293 páginas.
Ilustraciones de: José Manuel Piqueras Hernández



COMENTARIO de Francisco Javier Illán Vivas.
Este es uno de esos libros que te asaltan por sorpresa, por inesperado, más bien, por inopinado, porque no podías imaginar que ese amigo que ves cada mañana, incluso muchas tardes, entregado a su trabajo como informático, también encuentra su tiempo para dejar sobre el papel- eufemismo, supongo, de la pantalla del ordenador- y va dejando su crónica personal sin proponerse darla a conocer a nadie, hasta que un día...

Y como José Manuel Piqueras es ingeniero técnico en informática, trabaja como analista de sistemas para la misma empresa que este que os escribe, pues me sorprendió más- aunque hay que ser sinceros, no podía ser de otra forma- cuando leí en una página de Internet, creo que en Divandando, que acompañaría a la guitarra a una poeta, en los actos culturales que la Asociación Cultural Diván organiza en Cartagena. Más aún, cuando leo que es profesor de guitarra por el Conservatorio de Murcia. Definitivamente, quedé aún más gratamente sorprendido.

No podía hacer otra cosa que leer este “Diario de un superviviente”, donde José Manuel nos deja una crónica de su experiencia personal desde 1983 a 2007, una veces sin fecha conocida o no queriendo reconocerla, otras con cita clara, casi con la precisión de la hora, minuto y segundo del día.

A lo largo de estos casi 24 años, más de la mitad de su vida en aquel momento, se nos mostrará como poeta, narrador, contador de cuentos, ensayista, pero sobre todo, superviviente, improvisador, cronista de su propia vida y sus pensamientos en cada momento, en cada día de la realidad que él ve, no exenta de obsesiones reiterativas que van desapareciendo, eso sí, a lo largo del diario para dejar su sitio a otras, otros, y a través de ellos, seamos testigos de cómo ve la realidad más cercana desde sus pupilas.

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