sábado, febrero 26, 2011

Acantilados de papel, 343: Dos coronas


FICHA:
DOS CORONAS

de Susana Eevee
Edita: AJEC
Granada, noviembre de 2010
Género: fantasía
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-15156-05-5
400 páginas.
Página de la autora.
Página del libro.
Ilustraciones de: Itziar Lorena Cabañas
Portada de Calderón Studio.



COMENTARIO de Francisco Javier Illán Vivas.
Dos coronas” me llegó por gentileza de su autora, la viguesa Susana Eevee, a la que conozco gracias a este interminable mar de Internet, al que nunca se conseguiría llegar al fondo, por miles de años que viviésemos. Y ya era una novela que había resonado muchas veces contra los Acantilados, olas de muchísima embestida (novela fantástica- que nada tiene que ver con su acepción de literatura fantástica-, novela sublime, novela maravillosa, rugían las voces antes de convertirse en espuma) o de embestida más pausada, pero no menos potente (novela que ocupa este o aquel número en la lista de más vendidos de AJEC,...) Todas esas voces, algunas más que críticas o reseñas eran adulaciones que tanto mal pueden hacer a una escritora recién publicada, eran las más de las veces de comunes amigos de los mares de Internet, a los que sigo, a los que he dejado de seguir, a los que seguiré. Por eso tenía ganas de encontrar el momento de leer la novela de Susana.

Por que se debe encontrar el momento para leer literatura fantástica, literatura de evasión, de disfrute, de placer, y su lectura- al menos para quien esto escribe- me requiere momentos en los que mi ánimo esté presto para disfrutar, no para el drama, ni para la comedia, ni para la risa, sino para fantasear, para aventurarme en mundos que nunca han existido, pero que deberían existir. Eso lo tiene claro la autora de Dos coronas, su novela está hecha para disfrutar de la aventura. Es cierto que se puede echar en falta algo del bestiario fantástico, pero en una obra que- a veces- me traía recuerdos de las fantásticas ciudades que Michael Moorcock encontraba en su multiverso, no era una falta que perdurase mucho tiempo mientras avanzaba por las líneas de texto, de un texto de cuatrocientas páginas, que no está mal para comenzar.

Lo peor que le puede ocurrir a un general bárbaro, criado en la violencia, con el olor a sangre como aroma en su piel y la necesidad de pisar los cadáveres de sus enemigos más que el respirar, es vivir con una inquietud que ni toda esa barbarie puede borrar; y por muchas matanzas, por muchos saqueos, por muchas violaciones que cometa al cabo del día, ahí sigue rumiando, despertándole en las alocadas noches de alcohol y sexo, por muchas mujeres que compartan su lecho.

Este es el origen del que surge la aventura de Soota, general del ejército de Erigia, un reino en permanente guerra con Aldaria desde que el mundo nació, donde encontré un tenue aroma tolkieniano en ese principio. Pero Soota se encontrará con una inopinada sorpresa en una incursión, cuando conoce a Max Fiendus, quien en realidad es su abuelo, y le descubre su verdadera identidad, le da a conocer la respuesta a la gran pregunta, le dice que él es en realidad Doogan, hijo del rey Geroy, de Aldaria, su declarado enemigo hasta ese momento.

Y ahí, en ese brillante instante narrativo, nacen miles de preguntas, miles de caminos, que Susana plasma con acierto a lo largo de las siguientes páginas, convirtiendo así a Soota-Doogan en un personaje al que amar, al que odiar, a quien acompañaremos en un viaje de luces, de oscuridades, como lo es todo viaje iniciático, hasta encontrarse a sí mismo.

No voy a descubrir más del argumento, debes ser tú, desconocido lector o lectora de estos Acantilados, quien acompañe en ese viaje de lucha interna a Soota-Doogan. Sí te diré, para que comprendas aún mejor la enorme extensión de esta aventura, que nació de un relato- y aquí sonrío por que es algo que mi obra tiene en común con la de Susana-, que puedes encontrar en el primer capítulo del presente libro.

Una novela para disfrutar de la lectura, de la aventura, con batallas, claro que sí, narradas con las palabras justas, otro acierto, aunque el lector menos avezado pueda encontrar extraño el cambio narrativo que se produce hacia la mitad final del libro, pero con un poco de paciencia lectora, todas las dudas, todas las preguntas, encontrarán una respuesta final.

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