GENESIS, EL RITUAL ROSACRUZ
Patrick Ericson
Editorial Nowtilus
1ª Edición, septiembre de 2008
Género: Misterio
ISBN: 9788497635271
391 Páginas. 23,69 euros.
COMENTARIO:
Esta novela trata de la piedra filosofal, pero también de los misterios que preocupan a la humanidad desde hace siglos. Está situada en 1780, en Francia, más concretamente en París y en una región tan mágica y celta como Languedoc. Y en ese año, y en esos lugares, se suceden violentos crímenes, uno de ellos en la mismísima Notre-Dâme, una catedral como ninguna otra en el mundo de la literatura donde es posible imaginarse las escenas que el autor nos invita a vivir.
Crímenes que se enlazarán, inevitablemente, con otros que vienen ocurriendo desde hace dieciocho años, tras una tormentosa noche de lluvia que casi sumerge a París bajo las aguas. Y, alrededor de todo ello, como es costumbre ya en Patrick Ericson, las logias, en esta ocasión los Rosacruces, depositarios del secreto de Rosarium Philosophorum.
Seguro que cualquier desconocido lector de este comentario conoce de qué va el misterio de la piedra filosofal: una sustancia que según la alquimia tendría propiedades extraordinarias, como la capacidad de transmutar los metales vulgares en oro; con dos variedades, la roja, capaz de transmutar metales innobles en oro, y la blanca, cuyo uso transforma dichos metales innobles en plata. La roja se obtiene empleando la Vía Seca; la blanca a través de la Vía Húmeda; en ambos casos el elemento de partida es la pirita de hierro.
Esta piedra o elixir de la vida ha sido algo ansiosamente buscado, y codiciado, por otra virtud que se le supone: otorgar la inmortalidad. Una característica del oro es que se oxida más lentamente que otros metales; es decir: el oro es "inmortal"; por lo tanto, si descubrían cómo formar oro a partir de otros elementos, tal vez podrían hacer que el pobre cuerpo mortal se volviera inmortal, que es uno de los misterios que veremos a lo largo de esta novela, personalizado en el conde de Saint-Germain, el Maestro.
Hay vertientes más místicas de la alquimia que creen que, en realidad, la obra y la piedra filosofal no son realidades físicas, sino metáforas del perfeccionamiento espiritual, aspecto desarrollado en la novela de Patrick Ericson.
Ya he comentado que se buscó para prolongar la vida del hombre. Y aquí quiero haceros conocedores de un caso documentado, por que es importante para la reflexión final: una pareja y un boticario. Éste, cierto día, descubrió la piedra y preparó el elixir de la vida, del que bebió una cucharada y le dio a beber también a un amigo, el cual sólo bebió unas gotas ya que fue interrumpido por la aparición de su amada. El resultado de ello fue que el alquimista murió (se supone que la cantidad ingerida fue excesiva) mientras que su amigo experimentó los efectos de consumir el elixir de la larga vida: pérdida de pelo, uñas y dientes. Pero a los pocos días, reaparecieron con mayor fuerza. Hay quienes dicen que falleció a los 123 años, y que parecía más joven aún. Escritos de investigadores de alquimia señalan que no necesitó volver a comer para vivir, y que excretaba sus necesidades biológicas a través de la transpiración, una característica que Patrick no se olvida de recordar en la figura de uno de los más enigmáticos personajes de su novela.
Como veis, es necesario saber mezclar los elementos en su justa medida y tomar la dosis precisa, y en ello, el autor ha sido un perfecto alquimista. ¿Por qué os digo esto? Veréis, la naturaleza del enigma consiste en decir cosas reales, añadiendo cosas imposibles. Se añade a esto la expresión en verso, o en prosa poética, y una serie de recursos lingüísticos como la repetición (de sonidos, palabras y estructuras), el uso de la segunda persona del singular y un tono solemne y arcaizante: y con ello estamos en una forma antiquísima de comunicar la voluntad divina.
Todos estos elementos encontraremos en Génesis, el ritual Rosacruz. Una novela que, además, nos traerá recuerdos de ese París enigmático, secreto, profundo, casi de catacumbas, que Víctor Hugo nos presentó en Los miserables y en Nuestra Señora de París. ¿Y la poesía? ¿Dónde está la prosa poética, me podréis preguntar?
Os leeré unas breves frases de la página 318: jamás había experimentado nada igual en su vida... explicarle a un ciego la magia infinita de los colores... no todos los días era seducido por un ángel.
Escribe el autor, pag 214, que el poder del amor reside en el espíritu y proviene de Dios. Yo lo único que hago es mediar entre el hombre y el Cielo..., pues bien, con todo cuanto os he dicho, he cumplido mi objetivo, que os apuntaba al principio, contaros de qué va la novela sin que sepáis de qué va la novela, pues como el mismo personaje que acabo de citar dice, Y ahora, olvida cualquier cosa te haya dicho, pues lo que encontrarás en esta novela es una forma de resolver el misterio de la piedra filosofal que nunca antes había sido tratado por nadie. Patrick Ericson, ha llegado más allá que Creso, quien quiso desafiar la sabiduría divina y probar el funcionamiento de los misterios.
Hay momentos en esta novela que todo parece tan real, que me atrevo a asegurar que lo ha conseguido, por lo que deberemos estar pendientes los años próximos a ver si Patrick envejece o no envejece.
EL AUTOR.
Patrick Ericson nace en Alhama de Murcia en 1962. Es gestor inmobiliario que compagina éste trabajo con sus aficiones literarias, que debe a su tía Concha Fernández-Luna, escritora de cuentos infantiles. Lector infatigable, tiene editadas las novelas Baile de dríadas, y Génesis, el ritual Rosacruz y La escala masónica, así como un poemario, De profundis. Colabora con la revista sociocultural Entrelíneas.
Patrick Ericson
Editorial Nowtilus
1ª Edición, septiembre de 2008
Género: Misterio
ISBN: 9788497635271
391 Páginas. 23,69 euros.
COMENTARIO:
Esta novela trata de la piedra filosofal, pero también de los misterios que preocupan a la humanidad desde hace siglos. Está situada en 1780, en Francia, más concretamente en París y en una región tan mágica y celta como Languedoc. Y en ese año, y en esos lugares, se suceden violentos crímenes, uno de ellos en la mismísima Notre-Dâme, una catedral como ninguna otra en el mundo de la literatura donde es posible imaginarse las escenas que el autor nos invita a vivir.
Crímenes que se enlazarán, inevitablemente, con otros que vienen ocurriendo desde hace dieciocho años, tras una tormentosa noche de lluvia que casi sumerge a París bajo las aguas. Y, alrededor de todo ello, como es costumbre ya en Patrick Ericson, las logias, en esta ocasión los Rosacruces, depositarios del secreto de Rosarium Philosophorum.
Seguro que cualquier desconocido lector de este comentario conoce de qué va el misterio de la piedra filosofal: una sustancia que según la alquimia tendría propiedades extraordinarias, como la capacidad de transmutar los metales vulgares en oro; con dos variedades, la roja, capaz de transmutar metales innobles en oro, y la blanca, cuyo uso transforma dichos metales innobles en plata. La roja se obtiene empleando la Vía Seca; la blanca a través de la Vía Húmeda; en ambos casos el elemento de partida es la pirita de hierro.
Esta piedra o elixir de la vida ha sido algo ansiosamente buscado, y codiciado, por otra virtud que se le supone: otorgar la inmortalidad. Una característica del oro es que se oxida más lentamente que otros metales; es decir: el oro es "inmortal"; por lo tanto, si descubrían cómo formar oro a partir de otros elementos, tal vez podrían hacer que el pobre cuerpo mortal se volviera inmortal, que es uno de los misterios que veremos a lo largo de esta novela, personalizado en el conde de Saint-Germain, el Maestro.
Hay vertientes más místicas de la alquimia que creen que, en realidad, la obra y la piedra filosofal no son realidades físicas, sino metáforas del perfeccionamiento espiritual, aspecto desarrollado en la novela de Patrick Ericson.
Ya he comentado que se buscó para prolongar la vida del hombre. Y aquí quiero haceros conocedores de un caso documentado, por que es importante para la reflexión final: una pareja y un boticario. Éste, cierto día, descubrió la piedra y preparó el elixir de la vida, del que bebió una cucharada y le dio a beber también a un amigo, el cual sólo bebió unas gotas ya que fue interrumpido por la aparición de su amada. El resultado de ello fue que el alquimista murió (se supone que la cantidad ingerida fue excesiva) mientras que su amigo experimentó los efectos de consumir el elixir de la larga vida: pérdida de pelo, uñas y dientes. Pero a los pocos días, reaparecieron con mayor fuerza. Hay quienes dicen que falleció a los 123 años, y que parecía más joven aún. Escritos de investigadores de alquimia señalan que no necesitó volver a comer para vivir, y que excretaba sus necesidades biológicas a través de la transpiración, una característica que Patrick no se olvida de recordar en la figura de uno de los más enigmáticos personajes de su novela.
Como veis, es necesario saber mezclar los elementos en su justa medida y tomar la dosis precisa, y en ello, el autor ha sido un perfecto alquimista. ¿Por qué os digo esto? Veréis, la naturaleza del enigma consiste en decir cosas reales, añadiendo cosas imposibles. Se añade a esto la expresión en verso, o en prosa poética, y una serie de recursos lingüísticos como la repetición (de sonidos, palabras y estructuras), el uso de la segunda persona del singular y un tono solemne y arcaizante: y con ello estamos en una forma antiquísima de comunicar la voluntad divina.
Todos estos elementos encontraremos en Génesis, el ritual Rosacruz. Una novela que, además, nos traerá recuerdos de ese París enigmático, secreto, profundo, casi de catacumbas, que Víctor Hugo nos presentó en Los miserables y en Nuestra Señora de París. ¿Y la poesía? ¿Dónde está la prosa poética, me podréis preguntar?
Os leeré unas breves frases de la página 318: jamás había experimentado nada igual en su vida... explicarle a un ciego la magia infinita de los colores... no todos los días era seducido por un ángel.
Escribe el autor, pag 214, que el poder del amor reside en el espíritu y proviene de Dios. Yo lo único que hago es mediar entre el hombre y el Cielo..., pues bien, con todo cuanto os he dicho, he cumplido mi objetivo, que os apuntaba al principio, contaros de qué va la novela sin que sepáis de qué va la novela, pues como el mismo personaje que acabo de citar dice, Y ahora, olvida cualquier cosa te haya dicho, pues lo que encontrarás en esta novela es una forma de resolver el misterio de la piedra filosofal que nunca antes había sido tratado por nadie. Patrick Ericson, ha llegado más allá que Creso, quien quiso desafiar la sabiduría divina y probar el funcionamiento de los misterios.
Hay momentos en esta novela que todo parece tan real, que me atrevo a asegurar que lo ha conseguido, por lo que deberemos estar pendientes los años próximos a ver si Patrick envejece o no envejece.
EL AUTOR.
Patrick Ericson nace en Alhama de Murcia en 1962. Es gestor inmobiliario que compagina éste trabajo con sus aficiones literarias, que debe a su tía Concha Fernández-Luna, escritora de cuentos infantiles. Lector infatigable, tiene editadas las novelas Baile de dríadas, y Génesis, el ritual Rosacruz y La escala masónica, así como un poemario, De profundis. Colabora con la revista sociocultural Entrelíneas.
2 comentarios:
Una labor encomiable la tuya, difundir por todos los medios la necesidad de la lectura. Una gran mayoría de escritores, sobre todo murcianos, estamos en deuda contigo. En nombre de todos ellos... gracias.
Abrazos.
Hola Franciscon veo con placer que el escritor de la novela te ha hecho un comentario ahora mismo, voy a ir a visitarlo despues y a saludarle.
Decirte que yo naci en Murcia, en Fuente-Alamo y que a pesar d ehaber salido de alli con 13 años, llevo a mi tierra muy dentro.
Yo siempre digo que soy marciana jejeje
Este libro parece ser muy interesante. Conozco bien la historia de los Rosacruces pero en esta novela el autor ha mezclado al conde de Saint-Germain con los rosacruces son dos filosofias diferentes, pero bueno la imaginaciòn puede mezclar lo que quiera.
En Languedoc estaban los cataros alla por los años 1200, tampoco ellos eran rosacruces, ya que los primeros rosacruces surgieron en 1615 en Paris efectivamente.
Interesante debe deser este libro si.
Besos paisano y encantada de conocerte y gracias por pasar por mi blog y vuelve pronto y y y hasta pronto
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