FICHA:
EN BUSCA DEL TESORO DEL REY ABÚ
de Fátima Fernández Méndez
Edita: Edimáter
Sevilla, mayo de 2009
Género: Novela
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-96870-16-1
92 páginas. 10 euros.
Página de la autora.
Página del libro.
Portada e ilustraciones: Mariana Seoane
COMENTARIO.
“Si la ilusión se pierde, siempre hay que recuperarla”, le aconseja Kyron a Miquel casi al final de esta novela, casi un cuento de fantasía, misterio e ilusionante aventura, donde, como es signo de la colección La Osa Menor de Editorial Edimáter, prevalecen los valores humanos en una historia protagonizada por Miquel, un niño de nueve años soñador, lector y escritor, adjetivos todos ellos que pueden integrarse en el primero, pues uno debe ser un soñador para que le guste escribir y leer.
Miquel, que también es un aventurero, explora la playa desde el primer día de las vacaciones, con su detector de metales. Conoce la leyenda del tesoro escondido en esa misma playa, que perteneció al rey Abú, quien era reconocido por su bondad, pero también por su valentía. La de buscar tesoros era una de sus aficiones preferidas, pero si alguien le preguntaba qué deseaba ser de mayor, su respuesta era siempre la misma: “yo quiero ser escritor”, y escribir, escribía. Llevaba en un diario todo cuanto le sucedía, pero por encima de lo demás, sus sueños y pesadillas.
Y no será con el detector de metales con lo que descubra el tesoro del rey Abú, sino gracias a lo poco que recuerda de un sueño: “Al fin y al cabo es mi sueño (...) y yo creo que cada día es una ocasión para descubrir emociones nuevas” (Pág. 27). Y sin dudarlo se adentrará en el reino del rey Abú, para descubrir que si su reino “desapareciera, una enorme desgracia ocurriría en el mundo del que tú procedes. Vuestra vida cambiaría hasta tal punto de no hallar jamás la felicidad”. (Pág. 64).
Una misión que se nos antojará demasiado grande para Miquel, quien se preguntaba así mismo “¿de qué podría tener miedo un hombre mayor? (Pág. 23) y quien, además, estaba convencido de que “hablando se pueden solucionar todos los problemas” (Pág. 69).
Él es el elegido, porque sólo un niño como él, que ame “los sueños tanto como los amas tú, que tuviera la inteligencia necesaria para encontrar mi tesoro más apreciado, mi reino, y el valor para enfrentarse a Kyron” (Pág. 71), sólo un niño como él podría salvar el reino de Abú y, con él, nuestro mundo.
Fátima Fernández Méndez nos hará acompañar al niño de nueve años en su misión, y nos desvelará algunas cosas sobre el origen del mal en este bello cuento.
LA AUTORA.
Fátima Fernández Méndez, Puerto de Vega, 1972. Licenciada en Bellas Artes en la Universidad de Castilla La Mancha, es docente de secundaria y articulista habitual en el periódico La Nueva España. Ha recibido numerosos premios y menciones de honor en concursos literarios nacionales e internacionales, asimismo su nombre está incluido en antologías tanto en Europa como en América.
Sus cuentos han sido traducidos al inglés, italiano, francés, alemán, portugués, gallego, valenciano, euskera y asturiano.
Autora de: Kepín vuela por primera vez (Sieteleguas), Mapi la alegre locomotora de vapor (Sieteleguas), Nora la niña de Sal (Pintar-Pintar), Nela (Edimáter), Germán el pequeño submarino (Edimáter), Floro, el globo aerostático (Edimáter).
EN BUSCA DEL TESORO DEL REY ABÚ
de Fátima Fernández Méndez
Edita: Edimáter
Sevilla, mayo de 2009
Género: Novela
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-96870-16-1
92 páginas. 10 euros.
Página de la autora.
Página del libro.
Portada e ilustraciones: Mariana Seoane
COMENTARIO.
“Si la ilusión se pierde, siempre hay que recuperarla”, le aconseja Kyron a Miquel casi al final de esta novela, casi un cuento de fantasía, misterio e ilusionante aventura, donde, como es signo de la colección La Osa Menor de Editorial Edimáter, prevalecen los valores humanos en una historia protagonizada por Miquel, un niño de nueve años soñador, lector y escritor, adjetivos todos ellos que pueden integrarse en el primero, pues uno debe ser un soñador para que le guste escribir y leer.
Miquel, que también es un aventurero, explora la playa desde el primer día de las vacaciones, con su detector de metales. Conoce la leyenda del tesoro escondido en esa misma playa, que perteneció al rey Abú, quien era reconocido por su bondad, pero también por su valentía. La de buscar tesoros era una de sus aficiones preferidas, pero si alguien le preguntaba qué deseaba ser de mayor, su respuesta era siempre la misma: “yo quiero ser escritor”, y escribir, escribía. Llevaba en un diario todo cuanto le sucedía, pero por encima de lo demás, sus sueños y pesadillas.
Y no será con el detector de metales con lo que descubra el tesoro del rey Abú, sino gracias a lo poco que recuerda de un sueño: “Al fin y al cabo es mi sueño (...) y yo creo que cada día es una ocasión para descubrir emociones nuevas” (Pág. 27). Y sin dudarlo se adentrará en el reino del rey Abú, para descubrir que si su reino “desapareciera, una enorme desgracia ocurriría en el mundo del que tú procedes. Vuestra vida cambiaría hasta tal punto de no hallar jamás la felicidad”. (Pág. 64).
Una misión que se nos antojará demasiado grande para Miquel, quien se preguntaba así mismo “¿de qué podría tener miedo un hombre mayor? (Pág. 23) y quien, además, estaba convencido de que “hablando se pueden solucionar todos los problemas” (Pág. 69).
Él es el elegido, porque sólo un niño como él, que ame “los sueños tanto como los amas tú, que tuviera la inteligencia necesaria para encontrar mi tesoro más apreciado, mi reino, y el valor para enfrentarse a Kyron” (Pág. 71), sólo un niño como él podría salvar el reino de Abú y, con él, nuestro mundo.
Fátima Fernández Méndez nos hará acompañar al niño de nueve años en su misión, y nos desvelará algunas cosas sobre el origen del mal en este bello cuento.
LA AUTORA.
Fátima Fernández Méndez, Puerto de Vega, 1972. Licenciada en Bellas Artes en la Universidad de Castilla La Mancha, es docente de secundaria y articulista habitual en el periódico La Nueva España. Ha recibido numerosos premios y menciones de honor en concursos literarios nacionales e internacionales, asimismo su nombre está incluido en antologías tanto en Europa como en América.
Sus cuentos han sido traducidos al inglés, italiano, francés, alemán, portugués, gallego, valenciano, euskera y asturiano.
Autora de: Kepín vuela por primera vez (Sieteleguas), Mapi la alegre locomotora de vapor (Sieteleguas), Nora la niña de Sal (Pintar-Pintar), Nela (Edimáter), Germán el pequeño submarino (Edimáter), Floro, el globo aerostático (Edimáter).
Qué argumento tan bonito! Me siento muy identificado con lo que cuenta el libro!
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