martes, mayo 18, 2010

Acantilados de papel 297 : El emboscado


FICHA:
EL EMBOSCADO

de Rosa Cáceres
Edita: Editorial Club Universitario
Alicante, 2009
Género: Narrativa
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-8454-784-6
426 páginas.
Página de la autora.
Página del libro.
Prólogo de: Pilar Díez de Revenga


COMENTARIO de Francisco Javier Illán Vivas.
Este no es un libro para tiempos de incultura y simplicidad como hacia el que nos están conduciendo, sobre todo, a las nuevas generaciones. Lo primero que el crítico literario debe reconocer es el fértil vocabulario utilizado por la autora en esta novela, rico y adecuado al tiempo histórico que nos narra en su obra, pues el final parece que ya en el título nos lo dice: un travestido en la Edad Media. ¡Pero qué equivocado estará el posible lector o lectora si pensase que ahí queda todo! Porque esta novela empieza por el final, cuando Olivier de Salvadrés, en un momento de su vida en el que es “viejo, y me encamino, como navegando en un río que jamás se detiene, a otro vientre- el de la tumba- que me acogerá con su frialdad”, gozando en esos momentos de una clarividencia que le permite recordar todo lo vivido, ya en vida, pero también antes de nacer, cuando se encontraba en el vientre de su madre o, antes aún, cuando sus padres se conocieron.

Las primeras páginas son de sangre y batallas, la sangre que derramaban los españoles de entonces contra otros españoles de entonces, a los que aquellos nunca consideraron como tales, sino invasores- algo que la actual política del gobierno Zapatero quiere pervertir, cambiando la historia para hacerla políticamente correcta-. Y a través de los ojos y la pluma de Olivier, conoceremos qué sentía un guerrero al hundir “la espada en la carne del moro, es como pisar algodones y mojarse con la sangre caliente es perfumarse con un perfume que tan sólo corresponde al guerrero victorioso”, o lo duro que es ver tantos muertos, tanta sangre: “impresiona ver tres muertos así”.

La contundencia del rico vocabulario nos conduce desde ese principio hasta el final con una generosidad narrativa que a veces sorprende, y no desentonan los retazos escritos en catalán, o en francés, oportunamente traducidos por la autora a pie de página, y vivimos junto a Olivier toda su experiencia existencial, pues para él, que tuvo que vivir disfrazado de mujer por someterse a una madre dominante que había visto morir a su marido y a sus otros hijos defendiendo a la Cruz “de los sarracenos que, cual plaga de langosta, asolaban los reinos de España desde Al Andalus y Murcia”, sólo queda el grave pecado de la cobardía.

Y el penitencia que se le ha impuesto por su pecado (“a veces la cobardía es el mayor de los pecados”, nos cita la autora antes del preámbulo), es contarnos todo cuanto tuvo que vivir desde el secreto juramento que su madre hizo pronunciar a sus más allegados siervos. De esa forma, como decía anteriormente, a través de los ojos y la pluma de Olivier, Rosa Cáceres nos adentra en la Edad Media, mostrándonos con profundidad un tiempo que se creía oscuro, pero donde la vida y la muerte, los amores, la música, las aventuras inesperadas, estaban a la vuelta de cada curva del camino.

A pesar de los pequeños errores de maquetación, sobre todo tras algunos puntos y aparte, que la ECU ha cometido en esta novela, terminaré la crítica con las palabras de Olivier de Salvadrés: “cada instante es un tesoro, cada porción de aire que respiramos un don, cada flor o cada pájaro cantor el regalo generoso del Supremo Artista que nos da, además de lo imprescindible, aquello que sirve de ornato y alegra la vista, el oído y el olfato”.

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