domingo, junio 06, 2010

Restauradas esculturas y lienzos de los siglos XVI a XX

El consejero de Cultura y Turismo, Pedro Alberto Cruz, entregó este miércoles a representantes de las iglesias parroquiales de San Miguel y San Juan Bautista, de Murcia; Santo Domingo, de Mula; y Nuestra Señora de la Asunción, de Cieza, un total de siete esculturas de los siglos XVI a XX y tres lienzos de los siglos XVII y XVIII. Las piezas han sido intervenidas en el Centro de Restauración de la Comunidad Autónoma a lo largo de los últimos meses por un importe total de 124.500 euros.

Los párrocos junto a Cruz y las obras restauradas

Se trata, en palabras de Cruz, "de una labor ciertamente importante y encomiable por parte del Centro de Restauración y un ejemplo más de que aun en tiempos de crisis el Gobierno de la Región sigue apostando por la restauración de patrimonio".

La intervención en las obras, explicó el consejero de Cultura, "ha sido diferente según cada una de ellas", así, se ha llevado a cabo "desde una limpieza tenue a procesos de limpieza bastante severos, reconstrucciones en algunos de los casos o eliminación de repintes".

Entre las obras restauradas destacan dos ángeles ceriferarios procedentes de la Iglesia de San Miguel y obra de Francisco Salzillo y un crucificado del mismo templo, asignado al círculo del escultor barroco murciano. También pertenece a la parroquia murciana la talla de San Judas Tadeo, de la que es autor Nicolás Salzillo.

Las otras tres esculturas intervenidas son la Inmaculada de la Iglesia de San Juan Bautista, de autor desconocido de entre los siglos XVI y XVII, un crucifijo de pequeño formato de Santo Domingo de Mula, de la misma época, y la imagen de la Virgen del Carmen, del templo de la Asunción, en Cieza, del siglo pasado y obra del valenciano Vicente Benedito. Los plazos de ejecución han oscilado entres los cuatro y siete meses, según las piezas.

En cuanto a las pinturas, todas pertenecen al patrimonio de la iglesia murciana de San Juan Bautista: el Descanso en la huída a Egipto, de Gregorio Ferro, datada en el siglo XVIII; la Virgen de Guadalupe, de Miguel Cabrera y también dieciochesca, y la Virgen de la Leche, lienzo anónimo del XVII. Las intervenciones han durado entre cuatro y nueve meses, siendo la más costosa la del óleo de Ferro.

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