Manuel Vacas nos propone un homenaje a la pintura urbana y a la ciudad de Nueva York. Esta hermosa ciudad donde nadie es extranjero, donde las historias se mezclan en aceras y paseos, en coches y calles, donde el color amarillo nos acompaña por todas partes, decorándola con una estética que la identifica y la hace única. Como reza en su catálogo: "Para un pintor de lo urbano, Nueva York ejerce el más irresistible de los atractivos. . . que se puede decir del maravilloso hechizo del color, de la irresistible estética del asfalto, del enigma del paseante desconocido, una historia en cada esquina". Vacas trabaja el color y las formas para extraer la imagen de un momento concreto y deja que sea el espectador el que monte la historia.
La exposición se compone de 14 acrílicos sobre lienzo en diversos formatos y en los que se representan figurativamente improntas sacadas del escenario cotidiano de la ciudad. Permanecerá abierta de 9 a 23 de diciembre de 2010.
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