El nuevo disco de Sophia Charaï, cantado en marroquí (y un poco en francés) podría ser la banda sonora de una película a caballo entre Almodóvar y Kusturica. 'Pichu' fue publicado en enero.
La marroquí de Casablanca, que conoce bien el circuito parisino de los clubs de jazz, canta en árabe de Marruecos y en francés. Y cuenta con la ayuda de su compañero sentimental Mathias Duplessy, productor, compositor y multiinstrumentista.
Sophia recuerda que se moría de ganas de actuar, y que asistía por ello a clases de teatro, pero que en cuanto abría la boca todos le decían que tenía que cantar. Les hizo caso. Eso sí, asegura que, cada vez, antes de salir a cantar, se pasaba horas llorando.
En su web se afirma que Sophia Charaï distorsiona el mundo, las identidades, las costumbres. Es marroquí, desde luego, pero como si Marruecos tuviera fronteras con Harlem y Bombay, como si el flamenco y la bossa nova fuesen consanguíneos, como si Rajastán y Cabo Verde mezclaran su canto. Si hubiera que resumirla a toda costa deberíamos decir que es una cantante de jazz que se aventuró por las músicas del mundo o una cantante del sur que redibuja los contornos de la globalización.
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