Romanticismo y la música absoluta
La generación nacida alrededor de 1770 alcanzó la mayoría de edad en un torbellino de cambios. De la Revolución Francesa en 1789 al fin de las guerras napoleónicas en 1815, el antiguo orden político europeo dio paso a uno nuevo. Al mismo tiempo, comenzó a implantarse un orden económico nuevo, en el que la Revolución Industrial y los empresarios de clase media terminarían por acaparar la antigua riqueza de la aristocracia rural. Un miembro de esta generación, Ludwig van Beethoven, lideraría una revolución de importancia similar en la historia de la música. Su creación de obras sin precedentes por su individualidad, su impacto dramático, su gran atractivo y el profundo interés que despertaron entre los entendidos cambió el concepto social de la música y los compositores.
A partir de entonces ya no vemos a los compositores como artesanos que escriben música para satisfacer a sus mecenas, como se vieron a sí mismos la mayor parte de compositores anteriores, sino como artistas que expresan sus propias ideas y sentimientos. La originalidad, fomentada por la competencia en el mercado y prescrita por la visión romántica del genio individual, se convirtió en un requisito para todos los compositores posteriores y estimuló un ritmo aún más rápido de cambio en el estilo musical en los dos siglos siguientes, tanto en la música popular como en la culta.
Se generalizó el adjetivo “absoluta” para referir la música completamente independiente de las palabras y de significados expresados a través del lenguaje verbal, y se la consideró un vehículo especialmente apropiado para transmitir emociones y sentimientos. La música era considerada capaz de expresar privilegiadamente el mundo de lo inefable, dicho en palabras de Hoffmann: "la música revela al hombre un reino desconocido, un mundo que no tiene nada en común con el mundo sensual externo que lo rodea, un mundo en el que deja atrás de sí todos los sentimientos definidos para rendirse a un anhelo inexpresable".
Dentro de lo que entendemos como música romántica existen distintos periodos y estilos que, si bien todos mantienen unas características comunes que los hacen merecedores del calificativo, también presentan particularidades propias. En este concierto se recogen varios momentos por los que ha pasado la música romántica: el primer romanticismo, representado por Mendelssohn; la segunda época del sinfonismo romántico, representada por Brahms; el romanticismo nacionalista de final del siglo XIX, representada por Tchaikovsky; y el neoromanticismo de principios del siglo XX, representado por Nielsen y Holst.
Concierto presentación de las obras de:
- Tchaikovsky
- Mendelssohn
- Nielsen
- Holst
Dirección: Sixto - Manuel Herrero
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