viernes, febrero 17, 2012

Acantilados de papel, 394: Penumbras del arcano

FICHA:

PENUMBRAS DEL ARCANO.
de Harry Marcus
Edita: Círculo Rojo
Sevilla, 2011
Género: Ensayo, testimonios.
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-9991-592-0
112 páginas.
Página del libro.


COMENTARIO de Dionisia García.
Harry Marcus Hilgers es uno de esos autores mal aprovechados, dada su preparación y caudal humano, sin entrar en otros detalles y experiencias de interés en el amplio mundo, real e imaginado. Por su cercanía y sencillez, deja traslucir, a veces, al niño que fue durante la Segunda Guerra Mundial en Essen (Alemania), donde la mirada infantil, en una de sus vivencias imborrables, advertía el horror. También supo descubrir la belleza entre los cascotes de guerra: una “flor azul” desvalida reclamaba su cuidado, y él volvió un día y otro a proporcionarle agua. La persona, el autor sensible que apuntaría, años después, con el atractivo de alguien que guarda vida de dolor, junto a la inocencia de la búsqueda, del misterio que mitiga los avatares de la realidad.

Harry Marcus llegó a nuestra ciudad en la década de los 80. Unos años después, en 1993, se publicó La granja de veletas, que tuve el honor de presentar. Este libro había sido precedido por El abismo de estrellas y Proyecciones, entre otros libros y publicaciones, hasta llegar a Penumbras del arcano, de reciente aparición.

Ante mí se presentaba, desde el principio, un mundo sugerente y rico, atractivo en muchos de sus aspectos. Las idas y venidas de Harry a Bolivia (país de su infancia, donde la familia se trasladó desde Alemania después de la guerra) malograron la frecuencia de los encuentros, no el recuerdo de un ser que llegó hasta nosotros desde aquella “guerra del frío” y de tantas otras guerras, dispuesto, a pesar de ello, a contemplar la belleza e indagar en lo misterioso y posible.

Nos detenemos en Penumbras del arcano, una recopilación seleccionada de textos que no vamos a desvelar, porque el lector merece ir descubriendo, a través de la lectura, la hondura y esencialidad de sus páginas, incluso en temas aparentemente triviales. Digamos que, fundamentalmente, es un libro de búsqueda entrañada con la soledad del ser. Dicha búsqueda se ramifica en los diferentes aspectos y temas de la vida, dado que, como bien refiere Harry Marcus, “El camino ya es la meta”, y en él somos uno y varios, tanto en la celebración como en el infortunio, sin desdeñar temas como “Los anticonsumistas” o “Magia y encanto de la música” que, sin duda, como cualquier texto de los recogidos en el libro, son expuestos por el autor desde un pensar y análisis interior. En el ya mencionado “Los anticonsumistas”, nos dice el autor de «las necesidades superfluas», y añade en otro momento: «Ir superando el afán de posesión es uno de los ejercicios más importantes, porque al fin y al cabo, cualquier posesión material es esencialmente una simple ilusión transitoria». Recordemos las alusiones de Ignacio de Loyola referidas a “los apegos”, que tanto estorban en el camino.

“Las dimensiones del amor”, otro de los apartados, es un interesante modo de exponer un tema tan importante y complicado a la vez, que Marcus trata de despejar descartando interpretaciones al uso, tanto en el lenguaje como en la concepción del mismo. Así, nos dice el autor: «Los enamorados sienten que su amor enaltece, prolonga y enriquece su personalidad, de modo que cada cual percibe a su pareja como si fuese otro aspecto de sí mismo”. Son muchos los matices que el lector va a encontrar en este apartado, enriquecido por sus alusiones al budismo y al mundo Zen.

También recoge el libro apuntes sobre fenómenos paranormales que, sin duda, merecen atención, pero que no situaríamos en el núcleo central del conjunto, que trata mayormente de situaciones que afectan a la vida real, como es el citado tema del amor, y tantos otros que preocupan al ser humano como son “Vivir en casas antiguas y viejas”, “El mensaje de los nietos”, etc., sin olvidar la muerte y el mundo de los recuerdos, temas presentes en el libro anterior,Vibraciones, donde el fragmento de un poema dice así: «Recuerda sin amargura / nuestro común destino: / nadie saldrá vivo / de este planeta. / Vive, goza y sufre / sin apegarte demasiado / al breve tiempo / ni al espacio / que tienes asignado…». Es un dato que nos permitimos aportar, para abundar en esa intención de Marcus de hacer patente el ayer y de aceptar la vida sin apostar por los “apegos”, sino por cuanto pueda conceder en cada instante.

Luces y sombras se conjugan en Penumbras del arcano, a través de una escritura original y plena de hallazgos que Harry Marcus ha querido compartir con sus lectores, como beneficio de su ya probada generosidad.

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