FICHA:
AMOR MANUAL
de Ángel Muñoz
Edita: Talentura
Madrid, septiembre de 2011
Género: Poesía
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-937659-8-9
100 páginas.
Página del autor.
Página del autor.
Prólogo: Alejandro Céspedes
Epílogo: José Navieras García
Ilustraciones: Carlota Moraleda
COMENTARIO de Francisco Javier Illán Vivas.
Quien conoce a Ángel Muñoz, Madrid, 1977, sabe que es un autor escueto, y como señala la solapa del libro que nos ocupa, ahora lo es también en “presencia y letra”, algo que no le ha impedido, en los dos últimos años, publicar tres libros, dos de ellos en el mismo año, 2009.
El autor ya nos avisa que ha sentido la necesidad de recorrer su geografía emocional, que era para él una obsesión, y con versos breves ha podido sentirse “como el francotirador que a través de su mirilla enfoca, con delicadeza, su objetivo”.
Amor manual lo integran unos cincuenta poemas, breves poemas, divididos en dos partes, como si el autor hubiese querido esquematizar ese recorrido por su geografía emocional, y si ha conseguido ser certero consigo mismo, es algo que sólo él sabrá.
Acompañan a los poemas dos textos: La refacción de la mirada, de Alejandro Céspedes; y Si el amor viniese con un manual, de José Navieras García, que analizan desde diferentes facetas la actividad creativa de Ángel Muñoz en este Amor manual, y que plantea, sobre todo el primero, esa gran pregunta de todo lector: ¿cuántos poetas hay dentro del mismo poeta?, pues un poema no es el mismo cuando vuelve a leerse.
Es una circunstancia mágica que suele encantarme (entiéndase como embrujarme, hechizarme) cuando releo un poema, cuando leo un libro, cuando leo Amor manual. Pues en una primera lectura casi puedo hacerme una idea de lo que el poeta quiere mostrarnos; pero, cuando regreso al libro, éste ha cambiado, ya no son los mismos poemas, ya tienen otros matices; ya, por citar uno, “Ya desde el principio”, poema que abre el libro, no es el mismo que leí antes de la primera lectura de los siguientes poemas.
Y esa magia, sólo la poesía puede prestarla.
1 comentario:
joder, Francisco, y perdón por la expresión, me encanta.
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