Javier Moreno
2020
Lengua de Trapo, 2013
‘La crisis lo ha cambiado todo. La realidad había descubierto sus costuras y a través de ellas asomaba un magma de posibilidades.’
2020
La trama vertebral de 2020 no parece demasiado complicada: Bruno Gowan, empresario carismático y de gran éxito, ha desaparecido sin motivo aparente. Tras su pista andan su familia, Carlos y el investigador Lázaro. Mientras tanto, Gowan ha escogido a un desahuciado llamado Nabil como confidente. Estos datos harían suponer que nos hallamos ante una novela de corte convencional como cualquier otra. No obstante, Javier Moreno (Murcia, 1972) se aleja de los lugares comunes de la narrativa clásica y nos regala una multitud de textos cortos que el propio lector deberá componer (o no), y que se complementan formando una fascinante lectura de alto voltaje. A medida que nos adentramos en este libro descubrimos que la narración es una mera excusa para que su autor nos muestre su visión lúcida, irónica y afilada de la realidad que nos circunda. Encontramos cientos de ideas que bien valdrían para elabora otras tantas novelas. Pensamientos profundos, mordaces y poéticos sobre la vida, el sexo, literatura o economía. El propio Javier Moreno se transforma en un personaje más, y de forma vilamatiana se inmiscuye en el texto para deformar la narración ficcional y entroncarla con la ‘realidad’ externa. No escribe, según leemos, sino por espíritu contradictorio ya que alguien que no se contradice no está completo.
2020
Lengua de Trapo, 2013
‘La crisis lo ha cambiado todo. La realidad había descubierto sus costuras y a través de ellas asomaba un magma de posibilidades.’
2020
La trama vertebral de 2020 no parece demasiado complicada: Bruno Gowan, empresario carismático y de gran éxito, ha desaparecido sin motivo aparente. Tras su pista andan su familia, Carlos y el investigador Lázaro. Mientras tanto, Gowan ha escogido a un desahuciado llamado Nabil como confidente. Estos datos harían suponer que nos hallamos ante una novela de corte convencional como cualquier otra. No obstante, Javier Moreno (Murcia, 1972) se aleja de los lugares comunes de la narrativa clásica y nos regala una multitud de textos cortos que el propio lector deberá componer (o no), y que se complementan formando una fascinante lectura de alto voltaje. A medida que nos adentramos en este libro descubrimos que la narración es una mera excusa para que su autor nos muestre su visión lúcida, irónica y afilada de la realidad que nos circunda. Encontramos cientos de ideas que bien valdrían para elabora otras tantas novelas. Pensamientos profundos, mordaces y poéticos sobre la vida, el sexo, literatura o economía. El propio Javier Moreno se transforma en un personaje más, y de forma vilamatiana se inmiscuye en el texto para deformar la narración ficcional y entroncarla con la ‘realidad’ externa. No escribe, según leemos, sino por espíritu contradictorio ya que alguien que no se contradice no está completo.
Seguid leyendo la reseña de Pedro Pujante, pincha AQUI.
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