El lugar que solía ocupar casi todas las mañanas estaba libre. Todos los días se sorprendía de este hecho, cuando lo normal era encontrar vacíos todos los asientos a semejante hora, pero más aún encontrarlo cuando lo ocupaba tantas mañanas que los demás habituales solían elegir otros asientos.
Abrió el libro por el índice y buscó entre la parte de Toxicología Especial, deslizando sus ojos por entradas como alcaloides, arsénico, cáusticos, cianuro, disolventes, hongos, medicamentos, metales pesados, monóxido de carbono, plaguicidas, y otros tóxicos.
Sin detenerse a más, se fue directamente al capítulo referente a alcaloides, las sustancias venenosas extraídas de las plantas.
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