Mi amiga Edith Checa me envia un correo donde nos convoca a los poetas al homenaje que se celebrará mañana, 1 de febrero, en Sevilla, en el 135 aniversario de la muerte de Gertrudis Gómes de Avellaneda.
Nos dice en su convocatoria, que fue una mujer adelantada a su tiempo. Enamorada durante años de dos hombres que fueron simplemente sus amantes, ninguno quiso casarse con ella. Fue madre soltera en el siglo XIX, su hija murió a los siete meses (hay cartas desgarradoras de la Avellaneda pidiéndole al padre que fuera a conocerla antes de que muriera. El padre no quiso conocer a su hija) Se casó dos veces y tuvo la mala suerte de perder al primer marido a los seis meses de casarse y al segundo a los pocos años. La Avellaneda murió sóla, en Madrid, desesperada, enferma. En los últimos dos años de su vida se cambió de domicilio doce veces, tal era su desesperación e inquietud. Al entierro acudieron pocos amigos. Cada vez que voy, por algún otro motivo, al cementerio de San Fernando, en Sevilla, dejo sobre su tumba una ramillete de flores. Quisiera que el día 1 de febrero, cuando se cumplen 135 años de su muerte, muchos dejemos ramilletes de versos en el aire que rodea su tumba. Quizás, desde algún lugar, sonría y sepa que hoy, tantos años después, se la sigue queriendo.
Nos esperan en el Cementerio de San Fernando, en Sevilla, a las 4 de la tarde. Es fácil encontrar su tumba. Está en el paseo principal del cementerio, en su lado izquierdo, a cien metros de las tumbas de los toreros.
Cada asistente podrá leer poemas propios, de otros poetas o de la propia Avellaneda, que tengan que ver con todo lo que rodeó su vida: amor, desamor, ausencias, soledad, muerte, paso del tiempo... lo que deseeis leer.
Si alguno desea conocer algo más sobre su vida os recomiendo el artículo que me publicó la Universidad Complutense de Madrid, AQUÍ.
Si alguno desea ver y escuchar un programa de televisión que hice sobre ella -guión, voz y caracterización (puesto que tuve el valor de hacer el papel de Gertrudis en el documental)- puede entrar en la página de la UNED y en esa dirección, en el buscador, poner el nombre completo de ella y os saldrá el documental que realicé.
Debo deciros, para aquellos que no la conocéis, que Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873) fue una escritora de reconocidísimo prestigio en España, pero como siempre, por ser mujer, ha pasado a la historia de la literatura de soslayo.
Fue la primera mujer propuesta para formar parte de la Academia de la Lengua, pero finalmente no lo consiguió. Tuvieron que pasar 100 años hasta que nombraron a Carmen Conde, la primera mujer académica.
Residió en Sevilla y en Madrid y tuvo tanto éxito con sus obras de teatro, novelas y poemas, que casi cada día -y soy testigo de ello porque lo he investigado- hablaban de su obra y de su vida en los periódicos.
Nos dice en su convocatoria, que fue una mujer adelantada a su tiempo. Enamorada durante años de dos hombres que fueron simplemente sus amantes, ninguno quiso casarse con ella. Fue madre soltera en el siglo XIX, su hija murió a los siete meses (hay cartas desgarradoras de la Avellaneda pidiéndole al padre que fuera a conocerla antes de que muriera. El padre no quiso conocer a su hija) Se casó dos veces y tuvo la mala suerte de perder al primer marido a los seis meses de casarse y al segundo a los pocos años. La Avellaneda murió sóla, en Madrid, desesperada, enferma. En los últimos dos años de su vida se cambió de domicilio doce veces, tal era su desesperación e inquietud. Al entierro acudieron pocos amigos. Cada vez que voy, por algún otro motivo, al cementerio de San Fernando, en Sevilla, dejo sobre su tumba una ramillete de flores. Quisiera que el día 1 de febrero, cuando se cumplen 135 años de su muerte, muchos dejemos ramilletes de versos en el aire que rodea su tumba. Quizás, desde algún lugar, sonría y sepa que hoy, tantos años después, se la sigue queriendo.
Nos esperan en el Cementerio de San Fernando, en Sevilla, a las 4 de la tarde. Es fácil encontrar su tumba. Está en el paseo principal del cementerio, en su lado izquierdo, a cien metros de las tumbas de los toreros.
Cada asistente podrá leer poemas propios, de otros poetas o de la propia Avellaneda, que tengan que ver con todo lo que rodeó su vida: amor, desamor, ausencias, soledad, muerte, paso del tiempo... lo que deseeis leer.
Si alguno desea conocer algo más sobre su vida os recomiendo el artículo que me publicó la Universidad Complutense de Madrid, AQUÍ.
Si alguno desea ver y escuchar un programa de televisión que hice sobre ella -guión, voz y caracterización (puesto que tuve el valor de hacer el papel de Gertrudis en el documental)- puede entrar en la página de la UNED y en esa dirección, en el buscador, poner el nombre completo de ella y os saldrá el documental que realicé.
Debo deciros, para aquellos que no la conocéis, que Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873) fue una escritora de reconocidísimo prestigio en España, pero como siempre, por ser mujer, ha pasado a la historia de la literatura de soslayo.
Fue la primera mujer propuesta para formar parte de la Academia de la Lengua, pero finalmente no lo consiguió. Tuvieron que pasar 100 años hasta que nombraron a Carmen Conde, la primera mujer académica.
Residió en Sevilla y en Madrid y tuvo tanto éxito con sus obras de teatro, novelas y poemas, que casi cada día -y soy testigo de ello porque lo he investigado- hablaban de su obra y de su vida en los periódicos.
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