Hay mujeres que han pasado a la historia de la belleza, como Helena de Troya, como Le-Tsen de Sangri-La, como Isabeau d´Anjou...
Además, en esta película, Michael Pfeiffer está, a mi entender, en la cima de su belleza, y no me imagino a otra Isabel d´Anjou que a esa herida mujer- halcón tendida en el derruido castillo del pecador sacerdote Imperius, quien pena su traición por delatar los amores de Isabeau y Etienne Navarre al Obispo de Aquila, y condenarles a estar siempre juntos y eternamente separados.
En efecto, la película empieza y termina alrededor de la ciudad de Aquila, donde veremos escapar al llamado Phillipe, y conoceremos la terrible maldición que pesa sobre una bellísima mujer, Isabel, y sobre un poderoso caballero, Etienne Navarre, a quien da vida Rutger Hauer.
Además, en esta película, Michael Pfeiffer está, a mi entender, en la cima de su belleza, y no me imagino a otra Isabel d´Anjou que a esa herida mujer- halcón tendida en el derruido castillo del pecador sacerdote Imperius, quien pena su traición por delatar los amores de Isabeau y Etienne Navarre al Obispo de Aquila, y condenarles a estar siempre juntos y eternamente separados.
En efecto, la película empieza y termina alrededor de la ciudad de Aquila, donde veremos escapar al llamado Phillipe, y conoceremos la terrible maldición que pesa sobre una bellísima mujer, Isabel, y sobre un poderoso caballero, Etienne Navarre, a quien da vida Rutger Hauer.
El depravado obispo se enamoró de Isabeau y, como no pudo hacerla suya, lanzó una maldición sobre los amantes: durante el día, ella sería un halcón; durante la noche, él sería un lobo. De esa forma jamás estarían juntos, sólo podrían verse unos breves instantes en el amanecer, mientras uno y otra se transformaban en hombre y en halcón.
Es Philippe Gaston (protagonizado por Matthew Broderick) sobre quien gira toda la acción, pues él, junto al sacerdote Imperius (Leo McKern), tratarán de llevar a Isabeau y a Etienne frente al Obispo de Aquila en una noche sin su día y un día sin su noche.
Fue dirigida por Richard Donner, que aportó una solidez a ese mundo irreal y encantador que nos presenta la película, con destacables y bellos escenarios italianos (la fotografía de Vittorio Storaro) y múscia de Andrew Powell.
1 comentario:
Esta película descansa en mi estatería de películas, una pelicula que me gusta y que he visto en más de una ocasión.
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