domingo, enero 25, 2009

El pedestal de Stonehenge 21: El día más largo


No suelo ver cine bélico, posiblemente tuve bastante con la Guerra del Golfo (Tormenta del desierto, creo que llamaron a aquella embestida) en directo para que mi inocencia con algunas de ellas se terminase y, ahora mismo, mientras escribo esto, recuerdo Objetivo Birmania, por ejemplo.

Pero el pasado viernes era de esos días en que por cientos de canales que uno pueda encontrar en la TDT, Televisión analógica y en el Digital +, ninguna de ellas me satisfacía ni el sueño me llamaba a acostarme.

Mi largo ejercicio con el dedo gordo me llegó hasta Canal Hollywood y el principio de esta película, y observé en los créditos que se extendía hasta la 1 de la noche, 178 minutos. Empecé a verla, debo decir que otra vez, seguro que ya la había visto. Fijando ese canal, retorné a buscar en los siguientes, de deportes, documentales, canales informativos, canales regionales, nada conseguía entretenerme lo suficiente para dejarla.

Y allí permanecí, una vez más, viendo desfilar un repertorio de actores que casi estaban de paso en algunas escenas, como esos pequeños papeles que algunas veces protagonizan en determinadas series. Un total de 121 cita el enlace de la wikipedia, pero de ellos, alrededor de cincuenta, eran de relieve.

Una película con cinco directores: uno para los exteriores británicos (Ken Annakin), otro para los exteriores norteamericanos (Andrew Marton), otro para las escenas de paracaidistas (Gerd Oswald), otro para las escenas alemanas (Bernhard Wicki) y Darryl F. Zanuck.

Creo que todo el mundo sabe lo que ocurrió, así que tampoco debo comentar el argumento de la película. En esencia relata con bastante minuciosidad el desembarco de Normandía, las horas previas y posteriores al llamado día D.

Sí os contaré que me gustó mucho el que los alemanes hablasen en alemán, aunque no ocurriese lo mismo con los franceses, que eran traducidos, cuando en la cinta original sé que igualmente hablaban francés con subtítulos. Eso daba a una obra de estas características mayor realismo.

Otra importante cosa, es de las primeras películas donde se ve disparar a soldados (alemanes) que se renden.

Y la escena de la toma del Casino de Quistreham me pareció muy bien rodada, con las cámaras alejándose mientras los saldados van tomando posiciones hacia el objetivo.

Por cierto, con qué tranquilidad los jefes mandaron a miles y miles de jóvenes a la muerte, mientras ellos se quedaban en sus despachos, en sus barcos, en sus casas.

2 comentarios:

Esteban González García dijo...

La películas bélicas dejan de tener gracia cuando piensas que están basadas en hechos reales...
Es mejor no pensarlo.

François de Fronsac dijo...

Tal vez, cuando éramos jóvenes y veíamos estas películas, no pensábamos en ello, pero ahora sí.