sábado, febrero 05, 2011

Acantilados de papel, 339: Es el mismo navío el que nos lleva


FICHA:
ES EL MISMO NAVÍO EL QUE NOS LLEVA
de Pedro Javier Martínez Martínez
Edita: Ediciones Vitruvio
Madrid, octubre de 2010
Género: poesía
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-92770-68-7
72 páginas.
Portada: Toledo Puche


COMENTARIO de Francisco Javier Illán Vivas.

Es el mismo navío el que nos lleva es un libro dedicado al mar, al Mediterráneo, al que se evoca en muchos de los cuarenta y ocho poemas que lo componen, divididos en tres partes: Niño en pueblo, Hombre en ciudad, Y viejo hoy frente al Mediterráneo, y ya con estos epígrafes de cada apartado el lector o lectora de estos no tan abruptos acantilados de papel puede hacerse una idea del la línea poética que Pedro Javier Martínez nos propone en su obra: casi unas memorias de sus vivencias, de sus inquietudes, de reconocerse hoy en la provecta edad aunque su propia pluma niegue este hecho inevitable del paso del tiempo.

El libro fue premiado con el XV Premio internacional de poesía Luys Santamarina- Ciudad de Cieza, uno de los pocos, pocos, premios literarios que me merecen respeto y al cual, como espectador, procuro ser asiduo anualmente, tanto en Cieza como en la Universidad de Murcia.

En la primera parte, Niño en pueblo, viajaremos con el autor por sus recuerdos, en un viaje al pasado, en el tiempo, para reconocerle que malvive y agoniza, un mundo que ya no volverá, aunque el tiempo fuese posible echarlo hacia atrás.

Hombre en ciudad es un canto al ayer más reciente, no falto de pena por lo perdido en aquel pueblo donde un niño podía morder una fruta a caballo del árbol que la cría.

Para llegar al hoy, a ese Viejo frente al Mediterráneo, con la placidez que dan los años cuando todo está hecho y planifica sin premura los días que le quedan, posiblemente escribiendo, y también, ¿por qué no? Encontrando un momento- ya se encuentran en cualquier instante del día- para escribir su biografía.

Pedro Javier nos contará, siempre mirando al Mediterráneo, que la vejez llega, que él se resigna, pero que se escuda en la poesía.

Un escudo cuya protección nunca deserta.

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