viernes, mayo 22, 2009

Acantilados de papel 231: Un ejército para Hans

FICHA:
UN EJÉRCITO PARA HANS
de Jacier Fernández Jiménez
Edita: Ediciones JF2005
Madrid, abril de 2008
Género: Novela
Encuadernación: Rústica
180 páginas. 11 euros.
Página del autor.
Página del libro.
Portada: Javier Fernández Jiménez

Un ejército para Hans es una novela un tanto atípica. No lo digo por que esté dividida en cuatro partes o capítulos, dos de ellos (el segundo y el tercero) muy extensos, ni por que trate de la II Guerra Mundial, incluso tampoco por que el protagonista sea un niño en un mundo en guerra, ni por las pinceladas de drama o ese episodio de cuento de hadas que representa la relación de Hans con su especial ejército de Biclips comandados por Dief van Fietsen; no, ni tan siquiera la aparición de San Nicolás en la trama.

Pero todo ello la hacen una novela que no sabríamos definir. Como ya os he comentado, y así podemos leerlo en la contraportada, durante la segunda guerra mundial fueron muchos los huérfanos que se vieron obligados a malvivir en las peligrosas calles de las ciudades ocupadas. El protagonista de esta novela, Hans, es uno de esos niños. Vive en Ámsterdam y a muy temprana edad quedó huérfano, siendo su gran sueño ingresar en la resistencia holandesa y luchar por expulsar a los nazis de su patria. Javier Fernández, con esa idea, desarrolla una trama que tiene características de literatura infantil, colocando al final fragmentos idóneos para el lector adulto, buscando la especial sensibilidad de quien sabe del tiempo pasado, de la pérdida, del adiós, de algo que los niños no entienden cuando creen que vivirán eternamente, pero que un adulto comprende y teme.

¿Una novela de fantasía?; no, aunque fantasía es que un niño no precise “más armas que la magia de la inocencia, tu voluntad y tu valor” para tomar un campo de concentración (pag 136), según le asegura San Nicolás a Hans. Fantasía, cuando no cuento de hadas, es poner a las órdenes de ese niño, Hans, un ejército de Biclips (perdonad, desconocidos lectores, pero no quiero desvelar qué son los o las Biclips, pues la magia no hay que desvelarla). Magia es que los niños rescatados del campo de concentración descubran “con agrado que a cada golpe sufrido por uno de los guardias, alguna de sus propias dolencias comenzaban a desaparecer sin dejar rastro. Era como si los soldados les estuviesen librando del dolor al sufrirlo ellos mismos” (pag 143).

Como os digo, es más que eso. Javier Fernández se atreve incluso con un intento de conciliar las diferentes creencias religiosas, representadas por los personajes de Mohammed, Raba, el padre Tobías… y llevar en su bolsillo una cruz cristiana, la esvástica hindú, la media luna y la estrella judía…

Puede parecernos increíble, pero el propio Hans nos asegura que “Así ocurrió todo. Puede que para algunos de vosotros resulte una historia increíble. Ya me lo imagino. No es fácil creer que pueda existir gente tan malvada como para invadir naciones o matar a personas inocentes sólo por ser diferentes. Pero quien no se lo crea que viaje hasta Ámsterdam, se asome al borde de uno de los canales y susurre el hombre de Dief van Fietsen. Seguro que él estará encantado de corroborar todas mis palabras”.

Podéis hacerlo, pero antes, leedlo.

EL AUTOR.
Javier Fernández Jiménez, Madrid, 7 de noviembre de 1978. Ha vivido en Leganés, Cantabria y ahora reside en el Encinar del Alberche. Ha publicado El caballero andante, El escudero del rey, El príncipe dormido, Cuentos de Telluón, La tierra seca, Un ejército para Hans… lo que le ha convertido en un experto en la publicación utilizando las nuevas tecnologías y, por ello, siendo un adelantado en el camino hacia el que va el mundo del libro.

Ha ganado algunos premios literarios con sus cuentos, además de un par de concursos poéticos y otro de cartas. Codirige y presenta el programa Castillos en el aire, de Radio 21, redactor de cultura y deportes en el periódico gratuito A21.

1 comentario:

Javi dijo...

Sin palabras... me has dejado sin nada que decir. Muchas gracias por tu reseña, me ha emocionado y encantado. Muchas gracias.

Y me alegro de que te haya gustado. Por cierto, recomiendo a todos el que os asoméis a los canales de Ámsterdam o a que paseéis junto a ellos, son inspiradores.

Un saludo afectuoso de un presunto escritor aún conmocionado.