domingo, abril 20, 2008

Acantilados de papel nº 174: Imaginerías


IMAGINERÍAS
de Rita García Imperial
Edita: Rita García Imperial
Murcia, 2007.
ISBN: 978-84-611-6061-7
115 páginas. 10 euros.

COMENTARIO.

Conocí a Rita García Imperial hace muchos años, con motivo de la presentación, en la Tertulia de los Jueves, de uno de los libros de mi amigo José Cantabella y, en la charla posterior, anterior y entremedias que caracteriza a esta actividad cultural casi sin igual en toda la Región de Murcia, ella se interesó por lo que se estaba hablando sobre la Editora Regional, gobernada entonces, con mano de hierro, por el emperador Ramón Jiménez.

Ella se encargó de recordármelo el pasado febrero, cuando nos volvimos a ver a las puertas del Casino de Molina, donde me presentó su libro y me contó que iba a ser “bautizado” (me gustó este adjetivo que Lola López Mondéjar utilizó en la presentación de su último libro) en Murcia, por Soren Peñalver y el profesor Polo. Por cierto, y lo añado ahora, acto que se celebró el pasado jueves día 17 de abril.

En ésta su opus primun se desarrolla eso que ella confiesa que le gusta, escribir en blanco y negro sobre los problemas, las inquietudes y los deseos del alma humana, y también “subsumir al hombre en la naturaleza, en el arte y en la música, puesto que al fin y al cabo el ser humano es todo eso en esencia”, nos dice.

Soren Peñalver, que prologa el libro, nos dice que ella, “cuyas inquietudes espirituales y ecológicas van paralelas a sus intereses sociales y humanitarios por las personas, posee un don como contadora de historias y perfiladora y psicóloga de personajes, que es determinación de lo posesivo en la complejidad del ser humano”.

Conociendo la larga singladura de esta su primera obra, desde que la escribió hasta que vio la luz, tenerla en la mano y leerla es la mayor recompensa que podemos ofrecer a Rita García Imperial.

LA AUTORA.

Rita García Imperial, Molina de Segura, 1964. Este es su primer libro publicado, aunque desde que contaba quince años siente la atracción de las letras. En aquella inquieta juventud fue accésit de un premio literario, que consistió en un gran diccionario de la lengua que hablamos, por su relato “El problema de la contaminación”.

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