martes, agosto 12, 2008

El Principito cumple 65 años


Y, a pesar de ello, se siente jovencísimo, no piensa para nada en la jubilación. Y, si no os lo creéis, leed la noticia:
Este año se cumple el 65º aniversario de la publicación de El Principito, obra inmortal del escritor y dibujante francés Antoine de Saint-Exupéry. Un libro con apariencia de cuento infantil, pero que en esencia habla de valores humanos como la amistad, la bondad, el amor, la tenacidad, la fuerza de voluntad, la nostalgia de la infancia, el afán de conocimiento, la belleza…

Saint-Exupéry nació en 1900 en el seno de una familia acomodada de Lyon. Estudió en la Universidad de Friburgo y se convirtió en piloto de avión cuando la Aviación aún estaba en pañales. Comenzó a escribir muy joven y en 1926 vio la luz su primera obra, El aviador, a la que seguirían Correo del Sur (1928), Vuelo nocturno (1931), Piloto de guerra (1942), entre otros, con gran éxito en Europa. Pese a que sus libros no eran autobiográficos, Saint-Exupéry se inspiraba en sus conocimientos y experiencias como aviador a la hora de desarrollar sus historias.

Comenzada la Segunda Guerra Mundial, marchó a Nueva York donde permaneció varios años. Allí, separado de su mujer, Consuelo Suncín (la verdadera rosa de El Principito), aquejado de problemas de salud y agobiado por los remordimientos de no luchar junto a sus compatriotas contra la ocupación nazi, vio la luz su obra más famosa: la editorial neoyorquina Raynal & Hitchcock publicó Le Petit Prince en el verano de 1943, en inglés y francés. Fue la única edición en vida de su autor. Saint-Exupery marchó a Argelia en la primavera de ese año para volar con las fuerzas aliadas en misiones de reconocimiento. El 31 de julio de 1944 partió del aeropuerto de Bastia (Córcega) y no regresó jamás. En el año 2003 se encontraron los restos de su avión y algunas de sus pertenencias en aguas cercanas a Marsella (Francia).

Dicen que Antoine de Saint-Exupéry gustaba de dibujar a un niño de cabello rubio y encrespado en cualquier trozo de papel desde que tenía 30 años. Hoy, la historia de ese niño es conocida mundialmente con más de 80 millones de ejemplares vendidos, traducida a 180 lenguas y es el libro más leído de la Historia en Francia con 400 ediciones. Un viaje lleno de poesía, salpicado por las espléndidas acuarelas del autor, imprescindibles para entender el libro, que nos lleva desde el desierto del Sáhara hasta otros planetas, en tanto que El Principito nos habla de su hogar, el asteoride B612, de los árboles baobab o de su rosa ; y nos enseña su manera de ver la vida en contraposición a la gente mayor, distintos personajes (el hombre de negocios, el vanidoso, el borracho, el farolero, el geógrafo…) que representan las diferentes pasiones del hombre. En la Tierra, El Principito hará migas con un zorro que le explicará qué significa ‘domesticar’ y le revelará un caro secreto en su despedida: «Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos».

¿Queréis saber más? Le Petit Prince.
Otro lugar, de mi buen amigo David Mateo: La sombra de Grumm.
Y otro tercero, de donde he cogido el texto, Espacio libros.

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