FICHA
Hermanos por un imperio. I: El precio del trono.
de Álvaro Areskurrinaga.
Editorial: Ediciones Beta III Milenio.
Precio: 14,50 euros.
Género: fantasía heroica.
Páginas: 236
Encuadernación: Rústica.
Primera edición: 2008.
ISBN: 978-84-89212-83-1
Página del libro o autor.
Hermanos por un imperio. I: El precio del trono.
de Álvaro Areskurrinaga.
Editorial: Ediciones Beta III Milenio.
Precio: 14,50 euros.
Género: fantasía heroica.
Páginas: 236
Encuadernación: Rústica.
Primera edición: 2008.
ISBN: 978-84-89212-83-1
Página del libro o autor.
COMENTARIO.
Terminé esta novela con esa sensación agradable que produce leer lo que te ha entretenido, lo que te ha evadido, que es lo que buscamos entra las letras de un libro. He contado muchas veces que me gusta adentrarme en mundos que nunca existieron, pero que deberían haber existido. Con los personajes del autor me uno a los que viven en esos universos fascinantes, y románticos, en el que todos los hombres son atractivos y heroicos, y todas las mujeres increíblemente hermosas y deseosas de coquetear con los gladiadores en la arena, como apuntaba Lin Carter. Un mundo lleno de inmensas montañas, en el que las ciudades brillan con un esplendor desconocido, donde las gestas gloriosas son posibles y la aventura forma parte de la vida cotidiana, una vida que puedes jugarte al volver la siguiente página, pero, ¿qué voy a descubrir?, más vale esa vida vivida así que esta sedentaria que ahora tenemos, esperando el caos climático que se anuncia para dentro de apenas doce años, es decir, en el 2020.
El mismo autor nos desvela que su mundo es una epopeya fantástica, pero que tiene bastante de pseudohistórica, un mundo lleno de aventuras errantes y luchas vibrantes, de oscuras profecías y mágicos prodigios, de grandiosas batallas y amargas traiciones, de sueños, pero también de esperanzas rotas. Un mundo, y esto lo añado, donde los dioses existen realmente y no sólo en la imaginación de sus adoradores.
Es un mundo de diversión, pura diversión. No debemos buscar otra cosa en la fantasía. Aquí no vamos a encontrar mensajes para salvar a nuestro mundo del cataclismo hacia el que se acerca. Pero es tan noble que debería haber existido. Y os digo eso por que, esa misma tarde que terminé de leer FIN DE LA PRIMERA PARTE, vi dos documentales seguidos sobre el llamado Día X, la planificada invasión de Japón por los ejércitos de Estados Unidos durante la II Guerra Mundial. Contemplé las imágenes sobre las batallas de Iwo Hima y otras islas, donde murieron miles de hombres, creo que sin nobleza, abrasados con lanzallamas. Y conocí los planes para el desarrollo de armas químicas, que tan alejados están de la nobleza de las batallas que Ástar encabeza para recuperar el trono o para someter al reino vecino. Incluso las malas artes de Lord Shúmgor son nobles ante la decisión de arrojar dos bombas atómicas sobre una población civil indefensa.
El precio del trono es una novela cuya acción podemos perfectamente superponer a los acontecimientos ocurridos en alguno de los tronos de la Europa medieval, cuyo argumento tampoco quiero repetir pues en la contraportada de la novela está extensamente expuesto. Ástar y Aeror son los protagonistas de una rivalidad que existe desde Caín y Abel, con mayor o menor intensidad, hasta nuestros días. Y Séyra está en el centro de las pasiones, como antes que ella estuvieron Helena, Isabeau de Anjou, Le-Tsen, Buttercup y otras tantas mujeres que cambiaron el signo del futuro de un reino.
Terminé esta novela con esa sensación agradable que produce leer lo que te ha entretenido, lo que te ha evadido, que es lo que buscamos entra las letras de un libro. He contado muchas veces que me gusta adentrarme en mundos que nunca existieron, pero que deberían haber existido. Con los personajes del autor me uno a los que viven en esos universos fascinantes, y románticos, en el que todos los hombres son atractivos y heroicos, y todas las mujeres increíblemente hermosas y deseosas de coquetear con los gladiadores en la arena, como apuntaba Lin Carter. Un mundo lleno de inmensas montañas, en el que las ciudades brillan con un esplendor desconocido, donde las gestas gloriosas son posibles y la aventura forma parte de la vida cotidiana, una vida que puedes jugarte al volver la siguiente página, pero, ¿qué voy a descubrir?, más vale esa vida vivida así que esta sedentaria que ahora tenemos, esperando el caos climático que se anuncia para dentro de apenas doce años, es decir, en el 2020.
El mismo autor nos desvela que su mundo es una epopeya fantástica, pero que tiene bastante de pseudohistórica, un mundo lleno de aventuras errantes y luchas vibrantes, de oscuras profecías y mágicos prodigios, de grandiosas batallas y amargas traiciones, de sueños, pero también de esperanzas rotas. Un mundo, y esto lo añado, donde los dioses existen realmente y no sólo en la imaginación de sus adoradores.
Es un mundo de diversión, pura diversión. No debemos buscar otra cosa en la fantasía. Aquí no vamos a encontrar mensajes para salvar a nuestro mundo del cataclismo hacia el que se acerca. Pero es tan noble que debería haber existido. Y os digo eso por que, esa misma tarde que terminé de leer FIN DE LA PRIMERA PARTE, vi dos documentales seguidos sobre el llamado Día X, la planificada invasión de Japón por los ejércitos de Estados Unidos durante la II Guerra Mundial. Contemplé las imágenes sobre las batallas de Iwo Hima y otras islas, donde murieron miles de hombres, creo que sin nobleza, abrasados con lanzallamas. Y conocí los planes para el desarrollo de armas químicas, que tan alejados están de la nobleza de las batallas que Ástar encabeza para recuperar el trono o para someter al reino vecino. Incluso las malas artes de Lord Shúmgor son nobles ante la decisión de arrojar dos bombas atómicas sobre una población civil indefensa.
El precio del trono es una novela cuya acción podemos perfectamente superponer a los acontecimientos ocurridos en alguno de los tronos de la Europa medieval, cuyo argumento tampoco quiero repetir pues en la contraportada de la novela está extensamente expuesto. Ástar y Aeror son los protagonistas de una rivalidad que existe desde Caín y Abel, con mayor o menor intensidad, hasta nuestros días. Y Séyra está en el centro de las pasiones, como antes que ella estuvieron Helena, Isabeau de Anjou, Le-Tsen, Buttercup y otras tantas mujeres que cambiaron el signo del futuro de un reino.
EL AUTOR.
Actualmente reside en Bilbao. Licenciado en derecho por la Universidad de Deusto. Ha desarrollado su vida profesional trabajando en la abogacía.
Desde siempre ha sentido la literatura como vocación paralela, y ha escrito a lo largo de los años varias obras de diferentes géneros: novela, relatos cortos y poesía.
El precio del trono es la primera obra que publica dentro del género de la fantasía épica, y conforma la primera parte de la trilogía Hermanos por un imperio.
Desde siempre ha sentido la literatura como vocación paralela, y ha escrito a lo largo de los años varias obras de diferentes géneros: novela, relatos cortos y poesía.
El precio del trono es la primera obra que publica dentro del género de la fantasía épica, y conforma la primera parte de la trilogía Hermanos por un imperio.
2 comentarios:
Hola.
Muchas gracias, Paco. Me alegro mucho de que la lectura de mi libro te haya dejado esa sensación agradable de la que hablas, que creo es algo que deseamos suscitar en cada lector todos (o la mayoría de) los autores al publicar una obra.
Coincido contigo en que las luchas y aventuras que se encuentran en este tipo de literatura son al menos mucho más nobles que las del mundo real moderno. Aunque por supuesto existan también aspectos sombríos en estas obras (o al menos en la mía), un duelo a espada en combate singular o una batalla campal como las que se daban hasta la Edad Media, aunque fuesen también crueles y sangrientas, por lo menos permitían conservar algo de ese aliento épico del valor y la nobleza que, como creo que ambos pensamos, no existen ya en las guerras tecnológicas de hoy día, donde el papel principal lo desempeñan los bombardeos a distancia, las armas de destrucción masiva, atómicas, químicas, bacteriológicas... por no hablar de las horrendas matanzas de civiles indefensos que revuelven el estómago y el alma... Mejor no sigo.
Enlazando con lo anterior y con lo que tú también decías, creo que nunca está de más valorar en su justa medida la sana función que cumple la fantasía, de proporcionarnos una válvula de escape que nos ayude a sobrellevar las grises miserias de la vida cotidiana (siempre que ello no conduzca tampoco a aislarse permanentemente de la realidad, por supuesto, que todos los extremos son malos). Pero, en su justa medida, creo que la evasión nos sirve para “tomar aire” de vez en cuando, que falta hace...
Me han parecido muy interesantes todas tus reflexiones sobre mi obra, y me parece en particular muy acertada ésa sobre la eterna rivalidad desde Caín y Abel... Creo que los hermanos Ástar y Areor, quienes al menos en parte responden a dicho patrón (aunque tengan otras peculiaridades propias), no dejarán a nadie indiferente... lo mismo que Séyra.
Y a todos/todas los/las demás que se animen a leer “El precio del trono”, decirles que espero que también les deje esa sensación agradable de la que habla Paco en su brillante exposición.
Un cordial saludo
Álvaro
Hola.
Gracias por estas puntualizaciones.
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