domingo, octubre 26, 2008

El pedestal de Stonehenge 8: Furia de titanes



Debería empezar diciendo: hubo una vez Ray Harryhausen, pues mucho de lo que contiene esta película se le debe al mago de los efectos especiales, en un tiempo en que estos eran trabajo de "chinos", en que se trabajaba con las manos y no con los ordenadores.

Acrisio, rey de Argos, invocando a los dioses, decide sacrificar a su hija y a su nieto Perseo, quien era hijo de Zeus, pues había escuchado una profecía de que uno de sus nietos le mataría. Zeus decide salvarles y castigar a la ciudad, por ello ordena a Poseidón que libere a la descomunal bestia llamada Kraken.

Perseo crece feliz en su nuevo hogar, hasta que la diosa Thetis, en venganza por cómo Zeus ha castigado a su hijo Calibos con una horrible deformidad, saca a Perseo de su hogar y le abandona a su suerte. Al conocer la noticia, Zeus ordena a otros dioses que ofrezcan algunos regalos mágicos a su hijo para protegerle. Así, Perseo, que ha conocido a un viejo actor de teatro, encuentra una mañana una prodigiosa espada, capaz de cortar la piedra, un casco que le hace invisible, o un escudo que le proteja de cualquier daño. Con ellos se dirije a la cercana ciudad de Joppa, sobre cuya princesa pesa una maldición.

Disfrutaremos del viaje de Perseo, de su lucha con escorpiones gigantes, con Kalibos, el hijo de Thetis, con Gorgona, le veremos subir en la barca de Caronte...

Esta epopeya nos muestra fielmente la creencia de las gentes de la Grecia antigua en que los dioses del Olimpo les manipulaban a su antojo.

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