domingo, octubre 12, 2008

El pedestal de Stonehenge 6: Los puentes de Madison


La lectura de la bitácora de Javier Márquez, el pasado 7 de octubre, ha influido sobre la película que deseaba comentar esta semana: Los puentes de Madison, donde he de confesar de principio que primero leí la novela de Robert James Waller, y me dejó hondamente sensibilizado para lo que después iba a encontrarme. Dicen muchos de los que eran fanes de Clint que jamás le perdonarán que convirtiese a Harry Callahan en Robert Kincaid. Yo estoy encantado con las múltiples facetas de la actividad creativa de Clint Easwood.

Se trata de una película donde destaca el enorme amor que nace entre Francesca Johnson, un ama de casa de Iowa (la fantástica Meryl Streep, que fue nominada para el oscar) y Robert, un fotógrafo que trabaja para la revista National Geographic, lo que implica haber viajado por todo el mundo. Ambos están en un momento en el que ilusiones y expectativas sólo tienen cabida en los cuentos. Pero cuatro días después de haberse conocido, viven un apasionado amor que jamás morirá, pues se extiende a los hijos cuando leen los papeles de Francesca.

Mientras se dirige hacia una granja desconocida para preguntar una dirección, Robert Kincaid no sospecha que al final del camino lo espera una experiencia única, que marcará su vida para siempre. Acostumbrado a la vida trashumante de fotógrafo profesional, Robert, a sus cincuenta y dos años, es un hombre que sólo es feliz viajando por los lugares más exóticos del planeta. Esta vez, sin embargo, su trabajo lo lleva a Madison County, un tranquilo y apartado rincón de Iowa donde Francesca, dueña de una granja, vive una plácida madurez, añorando una Italia que dejó hace años para casarse con un soldado americano. La fuerte atracción que surge entre Robert y Francesca despierta en ellos ese tipo de emociones que se creen olvidadas, pero que habitan en cada uno de nosotros.

Esta película, y esa novela, jamás podré olvidarlas.

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