Barcarola, que en unos meses cumplirá treinta años, se afianza como una de las publicaciones en su género más importantes de España, dentro de una corriente literaria albacetense a muy alto nivel.
En 1934 nació la revista Agora, de la que hizo una edición facsímil la Universidad de Castilla-La Mancha. El rector, Luis Arroyo, recordaba entonces en un preámbulo la que llamó "una relevante tradición" en la edición de revistas literarias albaceteñas, citando algunas del siglo XIX, como La Pasionaria, el Alba, El Liceo, La Revista o Juventud literaria, todas ellas anteriores a 1899, y otras que aparecieron después, con títulos tan llamativos como La Flecha o La Colilla, y posteriormente Albacete literario y Artístico, Centauro y Bellas Artes, aunque las más importantes se editaron durante la Segunda República, Horizontes, Altozano y Agora, que había sido editada por un grupo de destacados autores albaceteños, entre los que hay que recordar como verdadero artífice a José S.Serna. Arroyo consideró, acertadamente, que la revista fue un lugar de encuentro de intelectuales regionales y nacionales, con una edición y presentación intensa, aunque de vida breve, truncada como tantas otras aventuras culturales con el desenlace de la guerra civil". Existen, por tanto, razones sobradas, para que constituya un antecedente válido de la que sin duda es la más importante revista actual en su género, Barcarola.
Cal y Canto, nacida en marzo de 1961, que no puede pasar desapercibida en un repaso a la vida intelectual de su tiempo, fue editada por la Diputación, cuyo presidente, Antonio Gómez Picazo dirigió un equipo en el que figuraba el propio José S.Serna. El primer número incluía su trabajo Esas vidas en mi espejo, una evocación de personajes y lugares de la ciudad, junto con el artículo La juventud actual -cito de memoria-, de Manuel Moral, versos de José María Blanc Garrido -En torno a mi tristeza- y un ensayo importante de Antonio Martínez Sarrión sobre Blas de Otero. También, una breve antología de poetas rodenses y otras aportaciones. Habrían de pasar más de diez años para conocer otra valiosa iniciativa intelectual, Al-Basit, promovida por el Instituto de Estudios Albacetenses. Apareció en 1975 dirigida por Francisco Fuster, con un grupo dc colaboradores en el que figuraban Aurelio Pretel, Luis G.García-Saúco, Domingo Henares, Alberto Mateos y otro.
Cal y Canto, nacida en marzo de 1961, que no puede pasar desapercibida en un repaso a la vida intelectual de su tiempo, fue editada por la Diputación, cuyo presidente, Antonio Gómez Picazo dirigió un equipo en el que figuraba el propio José S.Serna. El primer número incluía su trabajo Esas vidas en mi espejo, una evocación de personajes y lugares de la ciudad, junto con el artículo La juventud actual -cito de memoria-, de Manuel Moral, versos de José María Blanc Garrido -En torno a mi tristeza- y un ensayo importante de Antonio Martínez Sarrión sobre Blas de Otero. También, una breve antología de poetas rodenses y otras aportaciones. Habrían de pasar más de diez años para conocer otra valiosa iniciativa intelectual, Al-Basit, promovida por el Instituto de Estudios Albacetenses. Apareció en 1975 dirigida por Francisco Fuster, con un grupo dc colaboradores en el que figuraban Aurelio Pretel, Luis G.García-Saúco, Domingo Henares, Alberto Mateos y otro.
Y en 1979 aparece Barcarola, como 'Revista municipal de las Letras', incorporando a la actividad literaria más notable grandes firmas nacionales e internacionales. En una declaración de principios, Barcarola rechazaba «la utilización oscurantista de la literatura y la falta de respeto al libre albedrío de los demás». En la actualidad conserva intacto su rigor y calidad y amplía una relación de ilustres autores -Saramago, Cela, Umbral,Ayala,Bryce Echenique, etc., - y la labor de José Manuel Martínez Cano, en la co-dirección de una publicación en plena madurez.
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