domingo, marzo 08, 2009

El pedestal de Stonehenge 27: Un hombre tranquilo

Esta es una de esas películas que todo el mundo ha visto, y con la cual todo el mundo ha disfrutado. Y cuando digo todo el mundo, me refiero a las generaciones que les gustaba o les gusta el cine, esas que sabíamos de qué director era una película y que podíamos, incluso, hablar sobre el guión, sobre la interpretación de los actores o sobre la música.

Muy pocas películas hay donde un director como John Ford se recree en una sencilla historia: Sean Thorton regresa a su pueblo natal, Innisfree (Irlanda), perseguido por unas fantasmas que sólo conoceremos pasada la mitad de la trama. Nada más llegar ve a una pelirroja, Mary Kate Danaher, de la cual se enamora, y, más adelante, la que fue su casa natal y que está dispuesto a comprar.

Esa compra le acarreará el odio de Will Danaher, hermano de Mary Kate, quien le apunta en su lista negra con una cruz.

A partir de este momento, el espectador sólo tiene que dedicarse a disfrutar de las tribulaciones de un americano ante las costumbres de una muy católica irlanda.
Y, entre esas costumbres, se encuentran los ratos en la taberna, la bebida de buenas raciones de cerveza negra o de güisqui y las buenas peleas.

Si no la has visto, no sabes lo que te has perdido.

2 comentarios:

Rosa Cáceres dijo...

También eres un gran cinéfilo, sigo con interés todas tus acertadas recomendaciones.

Khumeia dijo...

Una película adorable. Una historia de amor pero también de una amistad generada desde la rivalidad, desde el respeto al oponente. La vi con mi padre, fanático del cine de John Ford y por supuesto del lengendario John Wayne.