Como ya os adelanté, fue en el Museo Gaya de Murcia, y si en la anterior entrada subí la opinión de Juan Tomás Frutos sobre el libro, que en verdad son dos, en esta ocasión lo voy a hacer con la de Francisca Martínez Merinos:
De Implicación directa te puedo decir que cada poema es un trozo de vida arrancado con dolor por la situación del momento vivido, son poemas muy claros en los que se refleja la verdad, cruel verdad, del sentimiento de ese momento. Momento de desamor, desprecio, menturas. La autora se implica aquí poniendo al desnudo los sentimientos de rabia, acusación, resignación que son una denuncia. Denuncia de mujer enamorada al fin, que quiere reflejar la condición de mujer, abarcando en la última parte del libro el maltrato camuflado por tantos siglos de impotencia y la implicación directa del poeta que escribe desde su género (femenino) y desde sy corazón de poeta, sin género.
De La mirada de Diana no sé atreverme a opinar sobre los poemas de este amigo y poeta, porque no sería objetiva y creo que sería él quien debe dar su motivación. Para mí, el sentimiento de sus poemas es nuestra búsqueda, nuestras sensaciones y nuestro diario sentir, pero es ese que no vemos y que él, como observador de lo interior y conocedor del alma, siente en toda intensidad y además lo refleja con una sutil realidad, con unos deseos, siempre, de paz, armonía y estar bien, con la suavidad del verso. Aunque una palabra pueda golpear rudamente, Juan logra decir sin golpear, porque él, dice versos, escribe poesía.
En las fotografías, de izquierda a derecha, Paqui Merinos, José Cantabella y Juan Tomás Frutos.
Fotografías de Francisco Javier Illán Vivas
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